Sitios y monumentos
Tierra de piedras e historias, Périgord-Limousin esconde un rico patrimonio cultural e histórico, de gran diversidad y reflejo de una historia milenaria.
Los castillos y las casas solariegas son testigos de esta fructífera historia, así como los vestigios de un patrimonio industrial muy rico. Los numerosos valles del Périgord-Limousin favorecieron una economía ligada a la energía hidráulica y cientos de molinos y ferrerías alimentaron las vías fluviales hasta finales del siglo XIX. Las iglesias y capillas (Périgord-Limousin posee un notable conjunto de iglesias románicas) constituyen también joyas arquitectónicas en los senderos del parque.
Determinada tanto por el estilo de vida y las actividades económicas como por la geología, la arquitectura rural se mezcla armoniosamente con el paisaje. Cualquiera que sea la época de construcción, esta unidad se debe a la ubicación del edificio según la topografía y al uso de materiales locales sencillos como piedra, madera y tierra.
En Périgord-Limousin conviven varios ambientes paisajísticos y patrimoniales. La riqueza geológica del territorio se revela en las construcciones de granito, piedra caliza, esquisto o incluso una piedra muy particular nacida de un fenómeno único en Francia (el impacto de un meteorito en la región de Rochechouart).
Anexos a la casa Périgord-Limousin o creados aquí y allá para las necesidades de la actividad, las humildes “arquitecturas de herramientas” recuerdan la economía de antaño. Entre ellos, los clédiers (secadores de castañas) que utilizan los habitantes del Périgord-Limousin para secar las cosechas y así conservarlas y consumirlas durante todo el invierno.
Además, cruces, fuentes, muros de piedra seca jalonan el espacio, terrenos agrícolas y cruces de caminos de Périgord-Limousin. Es en esta herencia vernácula donde se inscribe y perpetúa la identidad del territorio. Las prácticas religiosas vinculadas al agua, en particular el culto a las “buenas fuentes”, constituyen una de las fuertes particularidades del territorio.
